Aunque uno, por innumerables razones obvias es muy amante de las tecnologías, sigo manteniendo en mi día a día algunas cosas como se suele decir de ‘toda la vida’.
Con el nuevo año, llega a mí poder una de esas tradiciones que me perduran los 365 días del año y que me sirven para anotar todo lo que va a conteniendo a los actos, viajes y eventos a los que asisto: mi libreta de 2019.
Una libreta, que además suelo utilizar también a modo de agenda. Una libreta, de color azul, y que este año viene de la mano de una de las bodegas de mi tierra, Jerez de la Frontera. Unas bodegas conocidas mundialmente: González Byass.
Como os he indicado anteriormente, soy un verdadero apasionado de la tecnología pero también creo encarecidamente en las buenas combinaciones entre lo tradicional y lo moderno. Y este sin duda es al menos en mi opinión, un buen ejemplo.
Y así, y en esta ocasión, viene de la mano de lo tradicional, una libreta para apuntar gran parte de lo que va a contecer en mi 2019, y que evidentemente no tiene que estar reñido con todo lo que ofrece al día de hoy las nuevas tecnologías en materia de agendas y sistemas tecnológicos para anotar y recordar las cosas.
Si quieres adquirir una libreta azul de González Byass como la mía, puedes pasarte por el apartado de ‘souvenir Tío Pepe’ en la tienda online de Bodegas González Byass, o al pulsar directamente aquí.
Tío Pepe
Tío Pepe fue el primer vino fino que llegó a Inglaterra a mediados del siglo XIX y paulatinamente comenzó a tener un gran reconocimiento en todos los Mercados.
En 1935, al cumplirse el Centenario de la fundación de las Bodegas, el Jefe de Propaganda de la Casa, Luís Pérez Solero, ideó y diseñó una serie de Iconos vistiendo cada una de las botellas de la Bodega con distintos tipos de ropa, entre los que destacó inmediatamente el Icono de Tío Pepe, representado con sombrero de ala ancha y chaquetilla andaluza de color rojo, brazos en jarra y una guitarra española en el costado.
El icono de Tío Pepe, ha dado desde entonces muchas vueltas al mundo, ha ayudado a la imagen internacional de la marca, que hoy está presente en más de 102 países y es, probablemente, una de las marcas más reconocidas de España.
La botella vestida de Tío Pepe ha sido admirada, pintada y reconocida por artistas y personalidades de todo el mundo que ven en él, no solo un símbolo de España, sino una obra que ha cautivado y llenado de alegría millones de personas.
Un símbolo que, tan solo mirándolo produce una sonrisa.
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