El pasado mes de Abril, cuando me animé a fundar Turista y Turismólogo, hoy @excelenciarural, un hotelito con encanto de Villafranca del Bierzo comenzó antes que nadie a valorar mi trabajo e interesarse por hacer cosas juntos. Ese hotel tiene nombre, se llama La Puerta del Perdón y su Gerente, Hermi, se ha convertido en mi primer amigo del Camino de Santiago.
Estábamos en pleno confinamiento; todos haciendo vídeollamadas con familiares, otros perfiles de redes sociales realizaban vídeos en directo de lo bien que cocinaban, los influencers tirando de archivo y alegrándonos con un futuro positivo y… Hermi y un servidor decidimos hablar del Camino de Santiago que de alguna manera es el Camino de la Fé, de la Vida, del Objetivo, el camino de las muchas y diversas razones, el camino en fin… de conocerse y conocer.
En ese momento algo me dijo que era el momento y el año de realizar MI CAMINO.
El Camino de Santiago es historia viva: es uno de los lazos más fuertes de cultura, de la historia del arte y arquitectura, es el camino de la lengua, de la música… el hacer ese camino es formar parte de alguna manera de nuestra historia y haber participado en el aportando al peregrino y sumando, se ve recompensado en el alma.
Organización: Camino de Santiago Francés
Una vez que el Estado de Alarma nos dio un poquito de tregua, organizamos un directo en Instagram las cuentas de @excelenciarural y @hostalpuertadelperdon, Hermi es el mejor anfitrión del camino, profesional, residente en el camino, amante de esa maravillosa tierra y sobre todo… con ganas de ayudar.
La fuerza de Instagram
Los vídeos en directo han servido a varios de los amigos de Excelencia Rural, los podéis consultar en mi IGTV en la cuenta de Instagram. En ellos podrás encontrar la ruta que organizamos, los alojamientos, algunos establecimientos donde realizar una parada y qué no perderte en algunos pueblecitos como Visitar la Puerta del Perdón y Castillo en Villafranca del Bierzo, un atardecer en O Cebreiro, el Monasterio de Samos en Sarria, el Queso de Arzúa o el Pulpo en Melide.
Puesta en Marcha
Una vez trazadas mis etapas, hice previa reserva de todos los alojamientos contrastados en el Directo: quería agradecer a todos el estupendo trato que ahora os detallaré, la profesionalización y sobre todo, el buen ánimo tras la horrible crisis que está afectando a los pequeños empresarios del Camino que en el mes de julio están contando con sólo un 10% de las pernoctaciones totales de años anteriores. Os mando un abrazo a todos y cualquier ayuda que desde mi humilde posición pueda aportar, contad con ella.
Algunos de los alojamientos no han podido permitirse el lujo de abrir, pues al ser pequeños no les salía a cuenta con todas las restricciones necesarias impuestas con la nueva normalidad.
Ultreia, ¡Buen Camino!
En un principio iba a realizar el camino solo, pero se lo propuse a mi amiga Ana Palomar, la cual se involucró mucho desde el principio y hay que darla la enhorabuena porque se hizo los 225 km (y algunos más) como una campeona. Ella subía desde Sevilla y en un punto de encuentro nos unimos para comenzar la aventura.
En un primer momento el punto de partida iba a ser Ponferrada, pero en ese mismo viaje decidimos cambiar y nuestro punto de partida fue anterior: Molinaseca, un pueblo que parece sacado de una ilustración infantil de los años 50.
Se sitúa entre montañas, con un precioso puente y por tanto río para el baño, con una arquitectura tradicional conservada y contextualizada. Molina es una auténtica joya, ideal y recomendable, aunque al día siguiente notásemos esos 4-5km (por lo menos) de más de bajar hacia Ponferrada y cruzar la preciosa ciudad. En Molina, Alfredo, el “Hospitalero” del albergue Compostela nos hizo una clara diferencia entre Turista y Peregrino, aunque cada cual sabe su motivo de camino y todos son respetables.
Etapas
La primera etapa se hizo dura, ya que no perdimos detalle alguno de todo lo que la naturaleza y belleza arquitectónica del Bierzo, nos ofrecía: recuerdo cada destello de ese día, fue fantástico aunque se nos hizo tarde y un poco agotador, sobre todo desde Cacabelos, donde almorzamos en La Moncloa, hasta nuestro destino final: Villafranca del Bierzo.
El sol apretaba fuertemente y el primer día… es el primer día, los Viñedos se hacían interminables. En esta etapa coincidimos con dos amigos que veríamos hasta el final: un abrazo Fran. En este punto apareció de la nada un simpático fotógrafo aficionado @Germanramosxxv que nos hizo algún retrato entre broma y broma, ratitos que son también parte y esencia del camino.
La llegada a Villafranca fue maravillosa, sobre todo cuando llegamos desfallecidos al Hotel, no tengo palabras para decir lo bien que se descansa en el Hostal La Puerta del Perdón, aunque me dio rabia no haber tenido más tiempo de disfrutar la preciosa localidad. Un amigo de facultad, Hector, nos enseñó la población.
La segunda etapa, con madrugón incluido, nos lleva a O Cebreiro. Dicen que es la más dura, para mi… con deciros que me quedaría allí a vivir os lo digo todo. Hice un parón en las Herrerías con bañito incluido antes de la subida al cerro, que es tan inclinada como bella: espectacular por sus colores, sonido de la naturaleza y el cambio de comunidad al llegar a la cima.
Este último trayecto lo realicé en soledad, lo necesitaba, comencé a encontrar mi camino y su sentido. En esta etapa coincidimos con Endica, Tomás y su grupo de montaña, que llevaban un peso complementario por las victimas del Covid 19, estos amigos superaban los 60 años y ¡su ritmo era casi superior a un joven de 30 años acostumbrado a Gredos!.
Conocimos Ramón y su bicicleta a motor, un señor de lo más entrañable y educado. En O Cebreiro, pernocté en Casa Navarro, el trato fue espectacular, abajo cuentan con una tienda de artesanía, Grialia, donde estuve horas hablando con Carmen. El estar lejos de todo y encontrarte en casa es una de las bondades del camino. O Cebreiro es una aldea celta que parece sacada de una maqueta.
Después de descansar, al siguiente día el destino era Triacastela, nos dijeron que era una etapa suave: ni cantando sevillanas del Rocío llegaba el final. No es una ruta dura, pero es bajada y bajada tras el alto del poio (espectacular la tortilla en ese lugar) creo que fue mi peor día.
Nuestro alojamiento fue el Albergue Xacobeo, que tenía un control espectacular por el Covid. Se trata de un complejo nuevo, de grandes calidades y muy muy limpio. En Triacastela puedes encontrar un pequeño río para revivir tus rodillas. En esta etapa aparecieron Fina, Rafael, Judith y más compañeros de camino. A Judith todos la queríamos adoptar, ¡que niña tan encantadora! hicimos una gran amistad. Para cenar, el Complexo Macabeo es un acierto.
Portomarín, fue el siguiente destino, todo un impacto cruzar el embalse del Río Miño. Es una bella población, el Albergue Ultreia colaboró con una espectacular habitación abuardillada, muy bonita que podéis ver en mi cuenta de IG, y con un trato espectacular por toda la familia de Carmen, sus gerentes. Muchísimas gracias y espero vernos pronto.
Vamos a por la siguiente etapa y van 5; Sarria. Es el punto de comienzo del camino de todos aquellos que quieren la acreditación, pues son los km mínimos. La etapa desde portomarín fue sencilla; bajé con Laura toda una atleta de los pirineos que andaba que volaba. En Sarria mi anfitrión en Albergue A Pedra, fue José: una persona súper entrañable, cercana, con ganas de ayudar y sencillo. Estuvo pendiente en todo momento y me asignó una habitación fantástica que os mostré en mis historias. Jose, además tiene proyectos interesantísimos relacionados con ONG .
Etapa 6: Sarria- Palas del Rei. En la salida de Sarria ya notamos más peregrinos y “turigrinos en grupo”, un poco perdiendo la esencia de lo que habíamos vivido en las etapas anteriores. El paisaje de la salida de Sarria con la niebla y el verde de las plantaciones era idílico. Apareció como los duendes @pacovallejofoto quien nos hizo un maravilloso retrato que guardamos con cariño.
En ésta etapa conocimos a Manolo y su hija Paula, de Marbella y la verdad que fuimos el resto de las etapas muy unidos, otros verdaderos amigos del camino: ganas de veros pronto. Nuestro alojamiento en Palas del Rei fue La Cabaña, con algún incidente pero la verdad que es un lugar cuidado, relajante y recomendable, además se come muy bien. Un punto positivo a sumar es que la piscina de Palas del Rei está a 50 metros y su coste es de 1 euro (necesario gorro).
La siguiente etapa fue larga, y la última parte algo dura, tras degustar el famoso Pulpo de Melide. El destino final fue Arzúa, famoso por sus quesos donde me alojé en Casa Teodora, Gracias Gabriel por el trato, qué buen desayuno y que hotel tan bien conservado. En esta etapa hice otro gran amigo del camino, ¡Kiko!.
La noche antes del final del camino fue en O pedrouzo, nos alojamos en Pensión Platas, se trata de una empresa que bajo el nombre de CHE, cuenta con una pulpería, pizzería (genial el trato de Miguel) y Pensión con cafetería también a 4 km. A la llegada Bea, nos atendió muy profesional y además visitamos la remodelación de la pensión Ché que está quedando de lujo; muy confortable y digna para darte un buen homenaje de descanso y sensaciones antes de llegar a Santiago.

Además este lugar cuenta con una maravillosa piscina que José Antonio y Bea tuvieron el detalle de dejarme disfrutar, inmensas gracias y seguro que con Excelencia Rural posicionamos ese lugar donde merece.
Con inmensa pena, entre maizales, alcornoques, castaños… y 9 días caminando llegamos al Monte Gozo y de ahí a Santiago de Compostela, al Hotel Pazos de Alba donde Hector demostró ser un gran profesional.
Final FELIZ
La aventura había terminado, la vida se afronta de otra manera: las sensaciones encontradas, la vista atrás y sobre todo la mirada hacia el futuro viviendo el presente con lo necesario y sabiendo lo que realmente forma parte de la felicidad, fuera de estereotipos y de influencias, siendo tú mismo en naturaleza y fortaleza.
Gracias a Gastronomía y Moda por dejarme expresar y compartir los valores y transcurso de este Camino de Santiago , que no era el primero, pero tampoco el último, porque todos son diferentes.
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