“Es la colección más bonita que he hecho en mi vida”, asegura tajante la diseñadora de El Viso del Alcor (Sevilla). Cristina García, ganadora del certamen de diseñadores noveles de moda flamenca en 2013, sigue rompiendo esquemas en la pasarela. “Mi Dolores” cerró la jornada del viernes en Simof con una auténtica declaración de intenciones por parte de la diseñadora. No es rompedora ni arriesgada, como fueron “Silencio” en 2016 o “Contigo” en 2015. “No es nada de lo que he hecho antes y la palabra es bonita, es una colección especial”, señala.
A ritmo de bolero, Simof 2017 ha sido testigo de una historia de amor, una verdadera obra de teatro. Cada traje, cada salida plasmaba uno de los capítulos de esa historia que Cristina García ha personalizado en sus abuelos, aunque ella considera que cualquiera puede sentirse identificado. “¿Quién no ha tenido un amor como ese en algún momento de su vida?” Y la moda flamenca, sin lugar a dudas, puede representarlo.
“Es una historia de amor desde el principio hasta el final, desde cuando se conocen en una romería y ella lleva un traje de flamenca blanco”, relata. Las primeras salidas del desfile han sido en blanco, simbolizando la inocencia y juventud del inicio. Piezas especiales con jazmines y rosas, las flores del jardín de su abuela y la gorra como complemento distintivo -en honor a la que siempre llevaba su abuelo-. La música en directo ha envuelto el auditorio de Nuevo Fibes mientras salían nuevos diseños en tonos suaves -una novedad en la paleta cromática de la diseñadora- como el amarillo, melocotón, verde agua y el paso hasta el rosa y un intenso rojo.
El amor que se va…
A través de la progresión del color y las formas asistimos como espectadores a las primeras citas en el balcón, las mariposas en el estómago, el momento de cogerse de la mano, los besos, la pedida y el comienzo de la pasión… Diseños hechos a mano, con bordados, jazmines en relieve y un exhaustivo trabajo de costura. “Sigue habiendo mucha de mi locura y volúmenes, pero yo me reinvento en cada colección y en esta de nuevo”, explica. Cada una es un reto personal para Cristina, que ha decidido cerrar “Mi Dolores” con una dramática bata de cola negra. “Representa
la pérdida del amor que se va. En este caso por un fallecimiento, pero hay amores que acaban porque se termina el amor simplemente y no es menos amor por ello”.
Ha sido un desfile clave en la carrera de Cristina García que anuncia que en 2018 no volverá a Simof para dedicar sus esfuerzos a dar el salto nacional o internacional con su trabajo en “prêt-à-porter”. “Pero volveré para seguir revolviendo sentimientos y sensaciones. Me gusta que lo que cuento con mis diseños llegue y se transmita a la gente”, subraya la diseñadora de la que seguro seguiremos teniendo noticias próximamente.
Colaboradores
– Complementos: Raquel Bonilla “DoRo” y Benjamín Bulnes
– Patrocinador: Gin Puerto de Indias.
Fotografías: Chema Soler.
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