G&M (Instagram: @gastronomia_y_moda). La mezcla de tejidos, el patronaje de las prendas y los detalles especiales marcan la diferencia. Si tuviésemos que escoger tres atributos para definir el color negro probablemente serían la atemporalidad, la sofisticación y la versatilidad.
Hablamos de un color que ha resistido el paso de las tendencias y que, temporada tras temporada, se erige como la elección predominante en el armario de las principales estilistas y editoras de moda.
Apuesta por prendas con un patronaje poco convencional. Sí a las faldas con volumen, a los blazers con hombreras XL o a los pantalones de pernera muy ancha. Se impone romper con piezas muy diferenciadoras.
Los tejidos igualmente marcan la diferencia. Destacan texturas innovadoras y diferentes materiales como el terciopelo, el cuero o el tweed. Los acabados satinados o detalles especiales como las lentejuelas o las plumas enriquecen y aportan elegancia al look.
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