Mónica S. del Monte (@m_sdelmonte). Hace más de 20 años, Amaya De Andrés, además de crear ella misma, comenzó a utilizar la pintura con fines terapéuticos, generando mejoras concretas en la calidad de vida de las personas que acudían a ella.

Entendió que, al ser tan accesible y, generalmente, atractiva para todo el mundo, la pintura resultaba ser el camino facilitador para afrontar de forma amable, los episodios y asuntos más desagradables o limitantes de la propia vida.

Se dio cuenta de que, encontrar el coraje para afrontarlos y resolverlos, a través del juego con el color, era algo mucho más fácil que sólo verbalmente.

Pintura estratégica como método de acompañamiento personal

Amaya utiliza la pintura como herramienta central para resolver problemas y limitaciones personales concretas, incrementar el autoconocimiento y alcanzar metas personales.

En cada sesión genera un espacio seguro y enriquecedor para acceder a la dimensión más ancestral del arte, como herramienta para transformar la realidad personal.

En su espacio de Las Rozas (Madrid), Amaya deposita su universo creativo para seguir desarrollándolo y para que las personas, en búsqueda de una vida plena, encuentren un lugar donde avanzar y crecer de forma innovadora y amable con las propuestas que plantea.

Sumergirte en un proceso donde tu consciente y tu no consciente descubren cómo caminar juntos hacia un futuro coherente con tu visión personal”

Obra Plástica

Pintar siempre ha sido vital para Amaya De Andrés. Un movimiento que la nació dentro sin proponérselo.

Para ella pintar siempre ha sido la forma de procesar sus vivencias del mundo, su espacio íntimo de conexión, reflexión y trascendencia emocional. Un lugar de recogimiento y descubrimiento personal que ha querido compartir y abrir con el mundo que la rodea para ayudarles a anclarles al presente consciente.

Experiencia personal

Hace no muchos días, yo misma asistí a una de sus sesiones. Mejor dicho, experimenté su magia en una de sus sesiones.

Me puso una cartulina en blanco y me dejó libertad para elegir colores y formas, para expresar lo que en ese momento quería salir de mí.

Es muy difícil contar lo que viví. Llegue presa de muchas presiones laborales, compromisos y responsabilidades personales. Me dejé guiar. Flui solo siguiendo sensaciones. Acabé con un hueco libre en mi pecho dejando escapar las rutinas y los problemas.

Os animo encarecidamente a descubrir su mundo, donde CREAR, al fin y al cabo, es una forma de vida.

Para más información: www.amayadeandres.com / @amayadeandres (IG).